Saturday, September 06, 2008

Soledad

Ah!!! Vacaciones al fin; pero sólo durante una semana... Qué más da, era eso o nada después de la toma de la universidad. Aún no sé qué beneficios nos traerá eso; pero por ahora, no es tema para mí.

He tenido tiempo de sobra para hacer lo que me viniera en gana, y creo que no he sabido hacer algo provechoso con ese tiempo que estoy segura, en unas tres semanas más, no tendré. A mi parecer, lo más cultivador que he hecho esta semana de vagabundeo es haber tomado por cuenta propia alguna lectura recreativa que hace tiempo quería hacer. Me lancé en picada a leer Crepúsculo, antes que salga en pantalla grande para alcanzar a hacerme una idea personal de los personajes, a pesar de las fotografías que ya están dispersas en internet sobre el elenco de Twilight.

Qué otra cosa he hecho aparte de flojear... Flojear, flojear, y... ¿Mencioné flojear? Pero creo que el asunto no va por esos lados, sino que más bien, el dilema es que no tengo con quién flojear por estos días. Después de todo, vagabundear por ahí no es malo, sobretodo si antes no hubo tiempo y luego no la habrá hasta fines de enero.

Como digo, a pesar de desestresarme de una manera casi automática esta semana, creo que hubiera sido mejor si hubiese estado acompañada... A veces, me es tan inevitable esto de sentirme sola... Y lo peor, quizás porque tengo algo de masoquista y de tonta, me voy a meter a lugares donde se supone que la gente se hace acompañar de otras personas. Creo, en todo caso, que ya debería y habría de acostumbrarme a la soledad; a pesar de todo, mis planes de vida no contemplan vivir acompañada. Pero mientras haya gente cerca, creo que me es imposible sentirme vacía y algo mal por no tener con quién compartir.

Este estúpido sentimiento hace que discuta conmigo misma cada noche, o cada vez que mi mente queda desocupada y vacía... Ahí comienza a taladrar duro el por qué estoy sola, o por qué me siento así... Siempre he sido una convencida de que nadie es tan despreciable como para que otras personas le nieguen su compañía, pero veo que esto no me da resultado y no me es suficiente para quedar tranquila; y es ahí donde comienzo a cuestionarme a pesar de mi supuesta y firme convicción de la 'no despreciabilidad'.

¿Seré tan insignificante que acaso no valgo el tiempo y los momentos de nadie? Quién sabe...
¿Algún día, seré yo misma capaz de convencerme que no soy tan despreciable, o vendrá alguien a sacarme de la burbuja para demostrarme lo equivocada que estoy?
Mientras eso pasé, creo que saldrán pajaritos nuevos, las vacas volarán y los cerdos criarán perros.

Wednesday, August 06, 2008

Recuerdos

No sé si es el hecho de haber estado colapsada en los estudios; o los lindos recuerdos que tengo de aquello, pero necesito imperiosamente viajar.

Necesito viajar a un lugar determinado, a aquella ciudad en donde se me olvida que soy provinciana y paso a sentirme tan citadina. Necesito volver a aquella cuidad en donde creo y quiero vivir el resto de mi vida, en donde espero que todos mis sueños y anhelos se cumplan, en donde espero ser mejor persona y donde espero que dicha ciudad me quede chica porque la habré recorrido lo suficiente como para llegar al punto de decir 'no más, quiero irme al extranjero'.

Esa ciudad es Santiago de Chile. Necesito casi por un asunto de vida o muerte subirme al Metro, bajar y vagar donde se me de la real gana, ver grandes extensiones de terrenos plagadas de árboles y pasto, disfrutar de los lugares, su infraestructura y del ambiente que envuelve cada rincón de la Metrópolis chilensis. Necesito volver a Starbucks, a Plaza Italia, al McDonald's de Santa Lucía, al Pueblo Artesanal de Santa Lucía, al Paseo Ahumada, A Londres y a París, al Parque O'Higgins, a La Moneda, a la Plaza de la Constitución…

No sé si esta afición es porque provengo de un útero santiaguino, o porque tengo un chip que integra el gusto por las grandes ciudades, pero debo decir quizás con mucha vergüenza que amo más a Santiago que a mi ciudad natal. Debe ser quizás por el hecho de que la última vez que fui a la Metrópolis, lo pasé más que increíble; diría que mi paseo fue casi de película.

Siento que en la única parte de este planeta en donde me siento 100% chilena es en la Capital misma. Es cosa de recordar dichos paseos, y que con cada paso dado, retumba en mí una canción de un grupo chileno. Eternidad para mis caminatas; y Siglos para mis paseos en Metro, por esa
atmósfera tan electrónica y única que envuelve al transporte subterráneo de nuestro país.

Además, las ganas de explorar nuevos sitios por cuenta propia me inspiran a volver, a querer descubrir nuevos lugares que deslumbrarán mi sentir y mis emociones, guardando cada momento en la memoria de los 'lindos recuerdos'.

Espero volver con muchas ansias y antes de lo esperado y presupuestado.
Porque sentirme libre es lo que me mueve.
Y lo disfruto.

Tuesday, June 10, 2008

Cuando el cerebro ya no funciona como antes...

Sequedad mental.
Eso es lo que he tenido durante todos estos meses en que no he actualizado mi blog.
Extrañé mucho el hecho de no plasmar cada ocurrencia y vivencia que, en algún momento, pensé que mi ser más profundo moría y se convertía en otra persona; no sé si mejor o peor, pero otra persona ajena a mi esencia.

En estos meses han pasado tantas cosas… La naturaleza se ensañó con mi pueblo natal, la navidad careció del ambiente festivo que siempre la caracteriza; para que hablar del año nuevo, pasó sin pena ni gloria, nefasto.

Luego, llegaron los anhelados (no sé si tan merecidos) viajes. Primer destino: Iquique. Segundo destino: Santiago de Chile. Me perdí el primer concierto de The Used en Chile (todo por un examen que no aprobé), pero dos meses después pude ir al de My Chemical Romance, que resultó ser todo un cóctel de hormonas adolescentes y efervescencia exagerada. Al menos no estuve sola; digo, no fui la más vieja en Arena Santiago.

Llegó el fin de las vacaciones, y con ellas el aborrecido regreso a clases. Al fin puedo decir que llego a mi propia casa en Antofagasta. Se acabó el hecho de andar como gitana a fin de año, con mis pertenencias de un lado a otro y sin residencia fija. También se vino el reencuentro de 'Las Cuatreras', carretes en cerros, casas y donde fuera. Llegó el estrés y la sensación de no retener ni procesar la materia, las pruebas, los cálculos matemáticos respecto de las notas, las disertaciones, los desvelos, etc.

Se vino el reencuentro con Rossy, y los intentos fallidos de junta con Andrea. Volvieron esas vueltas (así como que no quiere la cosa) durante los fines de semana, en especial de noche, para ver a Bert, que nunca pillé allí y que un día en el centro se me apareció, cuando 'llovió' sobre Antofagasta.


Se desató la revolución universitaria. Hay voces en la UCN que dicen no estar contentas con la situación económica de la casa de estudios; específicamente, los altos aranceles. Consecuencias: un paro con carácter 'evaluativo' y una toma que hasta el día de hoy dura.
No sólo se sublevó la clase estudiantil. El petróleo hace de las suyas con su elevado precio y la locomoción fue capaz de incomunicar la ciudad de Antofagasta a través de un paro que parecía indefinido. Los camioneros que protestaban por la misma causa en La Negra también lograron una cuota de incomunicación. El país estuvo de cabeza por días y muchos pensaban que la situación del '73 estaría a punto de repetirse. El fantasma de esa década (y sus consecuencias) aún pena fuerte en la memoria colectiva chilena.

Una abuela se queja que no puede pagar sus cuentas en un banco, y sale enojadísima de tal institución y ningunea a todos. Me pide que la lleve a Servipag. Otra abuela tiene miedo a que la situación de los años '70 se vuelva a repetir. Teme por su vida y no quiere llegar al punto de hacer filas para reservar sus alimentos.


No tengo nada que hacer. La materia a estudiar es poquísima porque no se alcanzó a pasar más contenido antes del paro. Parece no haber señales de tregua entre el gobierno estudiantil y las autoridades universitarias. He quedado sin vacaciones de invierno, y posiblemente me he quedado también sin vacaciones de septiembre ni de verano. Aún así, creo que esta es la forma mediocre de pensar; por tanto, es mejor pensar que se está haciendo frente a una causa común, que debe ser conseguida a como de lugar. Después de todo, seremos nosotros quienes manejen el mundo.


Estimo que es la hora de dejar que Morfeo se apodere de mi mente y mis pensamientos. Ojalá me haga soñar con Bert o Franco Antonio. Cualquiera de los dos me sirve para tener un hermoso sueño. Espero no soñar con la muerte, la pérdida de dientes, ir escapando de un asesino serial ni con las 'Tigresas del Oriente'.

Cuídense por montones.

Adiós!!!