Pero hoy no vengo a hablarles de los chicos de Londres porque ya lo hice [punto aparte: me es imposible no relacionar a Inglaterra con el tradicional té de las five o’clock]. Hoy me dirijo al ‘País de las oportunidades’. Para ser más puntual, voy al sur de New York: voy a New Jersey. Ahí encontré a unos chicos que me hicieron devolver mis balas a cambio de amor, y para celebrar eso y otras cosas, hicimos tres brindis por una dulce revancha. Luego, a modo de descanso, me invitaron a vivir en la escena del crimen, y finalmente, logré unirme a su marcha oscura.

Lo bueno

Si todo sigue como hasta ahora, este sería el año de consolidación [no hablo de consagración, porque quienes se consagran, a mi juicio, son las monjas y los sacerdotes] de MCR. Su último trabajo discográfico, The Black Parade, ya ha vendido cerca de dos millones de copias, dejando claro que hay una gran evolución desde su primer trabajo, logrando además sacudirse el apelativo de banda emo.
La idea de un disco conceptual refleja la madurez del grupo, al buscar conexiones entre cada canción para lograr formar una única gran historia, la del paciente. Personalmente, es inevitable sentirme como el paciente: quizás no padezco de cáncer ni nada por el estilo, pero sufro de enfermedades espirituales que si no trato a tiempo, acabarán por secarme el alma y me mantendrán como muerta en vida. Lo único que me satisface es que sé con certeza que no soy la única que se siente así [afloró mi lado emo].

Es innegable el hecho de que MCR es un grupo muy popular en Chile y en Latinoamérica. Entonces, ¿por qué no piensan en dar recitales por estas latitudes?. Creo que aquí no los taparíamos a botellazos, porque si hay algo que el chileno agradece a montones son los espectáculos de buena calidad.
No logro comprender el interés de las grandes compañías en querer consolidar las carreras de sus artistas en los países europeos, cuando Latinoamérica es también una gran fuente de admiradores.
Lo feo

Lamentablemente, no todo es perfecto. No logro entender el nexo entre las palabras reconocimiento y fanatismo [yo diría obsesión]. Sí, los chicos de MCR merecen ser reconocidos porque son grandes músicos; y en este sentido, lo malo no viene por su parte, sino que por gran parte de sus fans. Para mí es triste ver como en varios Fotologs se rebaja a los chicos a la categoría de un Backstreet Boy, con comentarios del tipo: ‘Iero es tan lindo, lo amo’ o ‘me como a Mikey a besos’ y bla bla bla. Sí, puede que Dios, aparte de haberles dado talento, les haya dado belleza [esa que a mí me negó, snif!], pero ¡vamos chicas!, yo creo que ellos quieren pasar a la historia del rock por su calidad musical y no por su físico.
Sin embargo, espero que haya más de MCR, porque no hay un grupo que diga las cosas por su nombre, porque me consta que aún tienen mucho que entregar y porque los acordes de las guitarras, bajo y batería son el complemento perfecto para las letras dolorosas del Señor Way. ¡MCR hasta el final!.
Así concluyo mi reporte del día de hoy.
Sólo me queda por decir una cosa: Way mayor, piénsalo dos veces antes de ‘despintar’ nuevamente tu cabellera, mira que si vienes a Chile con ese color de pelo, te tapamos a piedrazos [me incluyo] porque te confundiríamos con un flaite y, claramente, tú no lo eres. Lo digo por tu bien.
Cuídense.
Adiós!!!
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