
Hoy seré egoísta [más aún], y hablaré de mí. Sí, de mí. Obviamente este blog es para eso [y otras cosas muchos más profundas]. Les contaré un transcurso de mi vida; no de aquella vida que comenzó hace tres años, cuando ingresé a un mundo llamado universidad, sino que del catastrófico mundo por el que todos pasamos… Creo que le llaman ‘colegio’.
Comenzaré diciendo que durante toda mi vida, fui a dos colegios distintos [apartando el jardín infantil]. En el primero, una escuela municipal, estuve desde kinder hasta sexto básico. Todo normal. Era una de las alumnas ‘lumbreras’ del curso; ñoña a más no poder, siempre obtuve los primeros lugares en notas, encabecé actos, era la encargada de izar la bandera el patriótico día lunes, fui separación de bloques en los desfiles [la típica niñita bien que va con la cinta tricolor entre curso y curso].
De esta etapa, mantengo hermosos recuerdos. Tuve amistades muy fuertes que duraron más allá del cambio de colegio, y más allá del pasar del tiempo. A algunas, todavía las hablo; y para mí eso es un logro, porque el resto nunca más me habló. Dijeron que me cambiaba de colegio porque era pituca, cuica, agrandada. No me importa, porque yo siempre busco lo mejor.
Pero esa búsqueda por un mejor futuro no tuvo buenos resultados. Me cambié de colegio, a uno particular subvencionado; en ese momento, lo mejor de Drogopilla [Porque ahora, es una mierda de colegio]. Estuve desde sexto básico hasta el mismísimo cuarto medio en esa institución mental. Al comienzo, todo era bueno, pero las cosas empeoraron, al menos para mí. Me sentí sola, desplazada, amenazada… Sin embargo, pude hacer muy buenas amigas [al menos, en séptimo y octavo básico], las que conservo hasta el día de hoy, y las veo seguido, porque comparten la misma universidad que yo.
Todo empeoró en la media. Como en todo grupo social, existen las personas tipo ‘top model’, no tanto por lo físico [que en este aspecto, es un resaltante muy efectivo], sino porque imponían cosas, modas… Todo en mis compañeros era ‘chori’ [flaite] y fashonista. Quién peleaba por tener las mejores cosas, el mejor todo.
Quise pertenecer a ese submundo, pero no pude. En primer lugar, no tengo ojitos azules ni verdes, y menos una hermosa y laaarga cabellera rubia [aunque ninguna de mis compañeras era así], y mucho menos, el físico de Cindy Crawford (aunque había una ‘cumpi‘ que tenía un serio problema con eso: ¡se juraba Cindy Crawford!). Tuve problemas con eso. Graves problemas. No comí durante un mes, todo me quedaba volando [que tiempos aquellos, porque ahora voy a Falabella y la talla más grande es la XS], me sentía liviana pero falta de fuerzas. Se podría decir que fue un principio de anorexia. Mientras estuve en el colegio tuve tres: uno en octavo, otro en segundo medio, y otro cuando salí de cuarto.
Para que hablar de ‘hombres’. Ninguno de los tipejos que me gustaron me pescó. En todo caso, eso sigue siendo una realidad bastante actual [Quiero tener el valor aunque sea para pedirle la hora a ‘Quen’]. Cambio de tema.
Ya en tercero medio, la situación mejoró ‘algo’, y sólo algo. Tuve una amiga… Había solo un problema: aparecía alguien con más ‘vida’ que su servidora, y pasaba a ser algo menos que un cero a la izquierda. No puedo negar que lo pasé bastante bien con ella: nunca me faltaron excusas para ir a fiestas, asados, bailes, incluso fugas a la playa.
Resumiendo, no hallaba la maldita hora de dejar el ‘cole’. Lloré en mi licenciatura, de emoción, estaba feliz de dejar atrás esa ‘desetapa’ de mi vida. Mantengo muy buenos recuerdos de tres profesores [en especial del profesor de historia, creo que fue el único que de verdad creyó en mí], y eso es todo. Del resto, ni hablar. Opté por olvidar quienes fueron mis compañeros. Nadie se mira a la cara. Podemos pasar rozando, pero somos completamente desconocidos.
Me dio pena. Ahora puedo decir que estoy bien. Lejos, la universidad es lo mejor que me ha pasado. Creo que soy más madura [eh… No!!!, tengo el lado pendejo muy bien desarrollado], he aprendido a convivir con gente indeseable, creo poder con el peso que llevo de ser yo.
He conocido gente grandiosa y honesta, tal cual son. Andrea, La Loca; las ‘Romanas’ [aunque en un comienzo, me parecían bastante raras], Rossana, y quien sabe quién más y que ahora no me acuerdo.
Lejos, y como dicen por ahí, ‘es mi mejor momento’. Aunque aún no consigo el codiciado cuerpo de modelo [no importa, para eso estudio y me pago mi buen arreglín], puedo decir que soy semi feliz, porque el hombre siempre aspira a más y nunca estará satisfecho con lo que suceda a su alrededor.
Que estén bien. Y recuerden a esta humilde servidora, que tratará de ser cada día mejor. Cuídense y… Adiós!!!
1 comment:
Hola:
mis recuerdos son muy parecidos, comparto muchos sentimientos encontrados al igual que tu, se nota el cambio entre la gente humilde y la que se jura de la alta.... jajjjaja... mis compañeros de la media son así, pobresitos ellos!!!... aunq igual no todos.
la universidad!!! al fin lejos de casa dije, y cuando llegue queria puro volver, pero bueno el hombre nunca esta conforme tu dijiste y siempre existe algo que no nos gusta... lo importante es q ya esos momentos de colegio estan guardados y supuestamente superados, por mi parte jiji y ahora qda oprovechar el retso de vida q qda... niño queen??? pucha no me imagino quien es, promete q me lo diras!!!!, haz algo atrevete de todos modos q pierdes?? una locura cierto, pero yo ya no me atrevi y el resultado te lo contare luego en persona, si supe algo de el, escucha reggeton jajajja q mas malo podia ser??? bueno q hubiera sido gay, pero bueno igual esta ocupado :,(... empieza por la hora, fue el consejo q me diste y aunq no lo hice ahora tu si lo haras...
cuidate mucho y nos vemos mañana en civil.
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