Friday, May 26, 2006

Mi nombre es 'Nataly Elena'... Y el tuyo???


Hace aproximadamente dos semanas hay algo que me inquieta, y lo hace de sobremanera. Siempre tiendo a pensar de forma bastante egoísta, en el sentido que a nadie más que a mí le puede suceder la mayor de las atrocidades.

Pero hace ya dos semanas (como lo planteé arriba), me di cuenta de que esa realidad es absolutamente diferente. Un día cualquiera, tomando té con mi fiel amiga y confidente Ross (Hola Andrea!!!), escuché por la radio una barbarie semejante al exterminio nazi: ‘Mi nombre es Yasuri, Yasuri Yamilé’.

Mi cara de horror se hizo evidente al instante, al punto que Ross preguntó: ‘¿Qué te pasa?’. ‘Nada, pero escucha la radio’, respondí.
El aparato sonoro receptor vomitaba el siguiente estribillo:

Mi nombre es Yasuri,
Yasuri Yamilé,
Si te metes conmigo,
Te saco la ‘Gillette’ .

Luego agrega:

Ella es Yasuri,
Yasuri Yamilé,
Su esposo está en la cárcel,
Y ella canta un reggae.

En ese mismo instante, Ross decidió compartir conmigo su espanto. Y después de un minuto de silencio (que en verdad fueron como cinco segundos), abundaron las más estrepitosas y eufóricas risas.

‘No puede, en verdad que no puede llamarse así’, sugirió mi amiga. ¡Pobre Yasuri!, y yo que pensé que tener como segundo nombre ‘Elena’ era algo parecido a una tortura de la época medieval (con flechas y mazos y todos lo demás!).

Dejemos de lado el fatídico hecho de llamarse ‘Yasuri Yamilé’. Ahora nos dirigimos al análisis de la pseudo-canción (porque algo de tal calaña NO puede ser una canción).

En primer lugar (y sin ganas de ofender a nada, menos a nadie), la canción se gana un mérito enorme, porque es lo más flaite que he escuchado hasta ahora. Pensé que todo había sido más que suficiente con el auge del reggaeton, Daddy Yankee y todo el ‘Bling-Bling’ que esa subcultura representa. Pero este intento de canción se pasó. Aplausos por eso.

Segundo: el hecho de que sea un reggaeton ya produce ese tufillo a ambiente flaite. ¿Y si le agregamos la sugerente voz de la cantante?. Aquella incipiente vocalista no pierde oportunidad de sesear (muchas esssesss), característica propia de la subcultura flaite. Ejemplo: ‘Mi nombre es Yasssuri, Yasssuri Yamilé’.

Podría seguir de una manera bastante cruel las faltas más comunes del ‘lenguaje flaite’ (como por ejemplo, la fijación con el fonema ‘Y‘. Ejemplo: ‘Oyyye‘. Es la muestra de un español argentinizado, pero ‘flaiterizado‘), pero mi objetivo no es ofender a nadie. Después de todo, dichos seres no tienen la culpa de su condición.

¿La verdad, y nada más que la verdad?. El ser de baja condición social no implica la pérdida de la dignidad, es decir, no pueden (y no tienen que) rebajarse al nivel de lagartijas, de forma de desvirtuar de forma colosal el lenguaje (en esto concuerdo con mi ‘querido‘ profesor de Constitucional). Al menos, intentemos mantener la riqueza de nuestro lenguaje.

El ser de baja condición no implica (y de verdad lo pienso así) hablar mal, porque conozco a gente bastante humilde, y hablan bastante bien, tanto, que hasta en ocasiones he quedado yo de rota y vulgar.

He dicho.

Saludos a todos, y cuídense de Yasuri Yamilé, porque si se meten con ella, de seguro les saca la ’Gillette’. Chao.

Friday, May 19, 2006

Misión Imposible 2.5...


El día de ayer fue toda una carrera. Lo que había empezado como un aparente día 'normal', poco a poco se fue transformando en un día caótico, haciendo lo inimaginable e inalcanzable a mi pequeña imaginación.

A las 8:15, y como es costumbre, tuve mi clase de Civil... Fue una clase muy normal, salvo que el profesor llegó a la hora (como nunca!!!); y sólo eso significó un indicio de que ese día no sería normal.

Después de clases, me fui a casa; pero había olvidado que a las 11:00 nos llevarían a conocer una notaria. Además, no tenía puta idea de donde era el asunto. Mis compañeras y yo estuvimos perdidas como 10 minutos en la jungla de cemento, hasta que por fín dimos con el lugar. Fue genial!!! Nos mostraron un registro... Sin mentir, el libro estaba abierto sobre un mesa, y casi la ocupó toda!!! (Para que se den cuenta del colosal tamaño de dicho documento). Luego, me dirigí a comprar papel de regalo, ya que esta necia servidora aún no había mandado a 'Drogo' City el regalo para su madre. Aproveché de comprar un DVD para grabar un DVD que me prestaron (que por cierto, la grabación funó por no sé que tipo de error ._.), subí a una micro y fuí con rumbo fijo hacia 'mi' casa...

Una vez arriba del aparatoso medio de transporte, siento que mi teléfono suena al ritmo de Bob Esponja... Era mi virtuosa madre (Jefa del cuartel de espías), quién me encomendó una misión, que en un comienzo, encontré bastante difícil. Se trataba de ir a buscar una caja llena de lentes a un óptica X (No sabía que existía, pero ayer supe ._.) e ir a dejarla al Barrio Industrial (Coca - Cola, Coca - Cola!!!), en donde se encontraba mi virtuoso padre (Feliz cumpleaños!!!), quién transportaría dicho material hacia Tococity...

La misión se llevaría a cabo después de las 16.15, hora en que termina la clase de Procesal. Saqué unas copias que me faltaban para estudiar para la prueba del martes, y me dispuse a emprender rumbo hacia lo encomendado.

Me encontré con una amiga de colegio. Subimos a la micro y pelamos a quien quisimos, hasta que llegué a la primera parte de la misión: recoger los lentes. Llegué a la óptica, que por razones del destino, estaba cerrada (=O). Hice tiempo vitrineando.

Abrieron el local, y me hicieron entrega de la caja. Fin de la primera parte. Ahora comienza la segunda: llegar donde estaba mi padre, pero... No tenía puta idea de como llegar!!! Sabía que locomociones servían, pero no tenía idea en donde me tenía que bajar, así que pregunté si había algún punto de referencia por el cual guiarme (Porque tenía direcciones y todo, pero mi sentido de ubicación es casi nulo. Además, nunca había ido sóla para esos lares). 'Si. Cuando llegues a la Coca - Cola te bajas', me dijo dulcemente un señora.

Así que tomé la locomoción con toda confianza, y le dije al chofer que me avisara cuando estuvieramos a punto de llegar.

Este medio de transporte pasó por un local que se autoproclama con 'siempre los precios más bajos'. Ahí, había una pancarta gigante que decía: "Leandro Martínez. Jueves 18 de mayo, a las 19.30 hrs.". Yo me dije: '¿Acaso hoy no es 18?'. Así que decidí ir al masivo espectáculo, después de finalizar mi misión. (Después me dedicaré a contarles como me fue en dicho 'concierto', ok???)

Llegué. Caminé con miedo porque el lugar era bastante solitario. Me acerqué a un local y, tarán!!!, ahí estaba mi padre. Le hice entrega del encargo, conversamos un poco, y luego me tuve que ir, porque se hacía de noche, y como no sabía nada de direcciones, era mejor que regresara lo antes posible. Fin de la misión.

Estuvimos aproximadamente 15 minutos esperando locomoción. Subí al medio de transporte que me dejó en el conocido supermercado, donde era el concierto. Llamé a mi amiga Rossy, si es que quería venir. Dijo que si, que iría. Le dije que cuando llegara que avisara, porque el lugar estaba repleto.

Después del relleno que hacen en todo show (como humoristas, los animadores eran buenas personas!!!), se dignó a aparecer el cantante en cuestión. Fue horrible, porque un montón de mujeres con las hormonas alborotadas, se subieron arriba de las mesas, y ni Rossy ni yo pudimos ver al susudicho. 'Vamos', le dije a Rossy, 'si es por ver rajas, mejor me miro al espejo'.

Fuimos a comprar cosas que me hicieran sentir persona. Luego, chaolín pompín para la casa. Comí y luego me acosté a dormir, no sin antes ver un poquito del 'Life on the murder scene'.

Eso fue mi reporte. Cuidense, que luego nos leemos. Chau.

Wednesday, May 17, 2006

Hoy es un nuevo día...


Afortunadamente, los días cambian... Porque el día de ayer, fue simplemente denigrante y ridículo. Hasta cierto punto, me dieron ganas de mandar todo - absolutamente todo - a la mismísima mierd... punta del cerro. Luego me dije: 'vamos, que se puede', tratando de engañar a mi cerebro para que no creyera que lo inevitable estaba a punto de suceder.

Aproximadamente, a las 10:00, estaba en la universidad - prácticamente con el poto en la mano - esperando el momento en que mi querido profesor de Constitucional hiciera su entrada triunfal, a pretexto de la prueba fijada para ese fatídico día. Aún así, mi sorpresa fue grande - y la de mis compañeros de clase también - cuando vimos entrar a dos mujeres: las alumnas ayudantes del ramo. Por motivos desconocidos y ajenos a nuestra vida, el profesor se ausentó ese día, dejando la tediosa labor de tomar pruebas a las alumnas ayudantes.

Por un momento, el corazón volvió a su ubicación normal (el toráx, porque a esas alturas, se me había salido por la boca), ya que el hecho de que dos alumnas nos tomaran la prueba (que por cierto, fue escrita), me tranquilizó momentáneamente. Digo momentáneamente, porque no contaba con lo que se vino después.

Nos entregaron los papiros con las preguntas... Digo papiros, porque era una prueba de selección múltiple de no más ni menos que quince preguntas; obviando el hecho de que luego se venía la segunda parte de la prueba: el desarrollo. Temblé. Enmudecí. Sudé bastante frío, y pensé: 'mundo cruel, en este instante te dejo'. Sin embargo, mis ganas de ser 'alguien' en esta vida pudieron más que el patético horror que sentí en ese momento, así que mantuve mi cuerpo en la silla (porque lo único que quería era salir corriendo).

P.D.: debí haber partido diciendo que Constitucional es mi karma. Odio ese ramo. Eso ._.

Miré atónita el cuestionario. Leí en ruso, mandarín, egipcio, latín y arameo, menos español. La prueba se convirtió en ese instánte en una ensalada de letras para mí. Todo ese sacrificado fin de semana, en donde leí como condenada a muerte, se esfumó en una millonésima de segundo. 'Tanto para nada', pensé. Pero aún conservaba ese espíritu (o voz, o lo que sea) que me indicaba no darme por vencida ante tal situación. Después la vida se encargará de ponerme en situaciones aún más patéticas, así que necesitaré aún más valor cuando eso sobrevenga.

Respiré profundo, tanto que me ahogué. Me tranquilicé - de nuevo- y miré con objetividad mi nuevo desafío. Poco a poco me di cuenta de que estaba en la condición más estúpida de mi vida. Hice un esfuerzo por mirar como iban mis compañeros, y lamentablemente - para mí - estaban en mejores condiciones que yo.

Fueron pasando los minutos, hasta que la dulce voz de la ayudante llega a mi aparato auditivo diciendo: 'quedan cinco minutos para terminar esta parte'. Nuevamente temblé, enmudecí, sudé frío...

Creo que después de eso, vino un instante de lucidez, porque contesté la mayoría de aquellas preguntas. Ahora, de ahí a que estén buenas, pasará bastante agua bajo el puente (Ojalá que sirvan de algo los rezos y velitas que enciendo a San Camboyanito - Expedito -, del cual soy devota hace dos años).

Ni hablar de la segunda parte: concordancias, preguntas sobre circunscripciones senatoriales (ni puta idea) y la eliminación de ministerios en la Constitución. Me convertí en un cadáver en ese mismo momento. Mejor no hablar.

Terminó la prueba. Salí de la sala con el alivio de que ese momento bochornoso había quededo en el pasado. Luego, mis compañeras más cercanas comenzaron a comparar respuestas. las amenacé diciendo que si no dejaban de hablar de la prueba, les retorcería el cogote a cada una. Rieron, y al fin dejaron de lado el tema.

Tuve ganas de llorar, y aún las tengo. Creo que mi naturaleza es ser llorona, y vivir momentos poco agradables. Basta de lamentarme; sólo queda tomar más fuerzas, porque después del desastre de Constitucional e Internacional, me toca defender mi 5.6 en Procesal el día martes.

Nos vemos, o nos leemos. Cuídense mis pimpollos (que vieja cuica salió eso ._.)... Vivan por mí, y... Adiós!!!

Monday, May 15, 2006

Cuando estoy de un ánimo del inframundo...



Me encanta My Chemical Romance. Soy una gran fanática de la banda (lo que no implica que tenga sueños mojados con ellos, ¿eh?, como el millar de pendejas que caminan por ahí). De eso dan fe sólo los más cercanos, porque es mi gran placer culpable. Por lo tanto, es poca la gente que conoce esta faceta (Y ahora, la conoces tú).

Sin embargo, hay otro grupo que cada vez que lo escucho, me produce los orgasmos mentales y musicales más placenteros que he tenido en toda mi vida; una especie de ‘sexo musical‘, llego al clímax, porque han seducido mi oído. Hacen que hasta el pensamiento tiemble. El oírlos es casi (yo diría que es) una experiencia eclesiástica, casi mística, que me conecta al ‘yo’ interior.

Placebo es una de esas bandas que escucho cuando el día está nublado, casi a punto de llover (claro que donde estoy, nunca ocurre un fenómeno climático de tal envergadura, pero la sola posibilidad me da esperanza y esboza una enorme sonrisa en mi alicaído rostro), con mp3 en mano (si es que estuviera bueno, pero mientras no está, canto mentalmente sus canciones), recorriendo de sur a norte el desolado, pero hermoso y tranquilizador panorama que me ofrece la Avenida Brasil. Si, Avenida Brasil, mi calle favorita en esta inmensidad de ciudad, en cuyo centro se densifica el ruido de las bocinas y la imprudencia de los conductores, el consumismo (del cual soy parte y no me arrepiento) y la vida rauda.

Me imagino caminando, sola, entre lo que aspira a ser moderno. El día es frío; llevo mi abrigo negro puesto. Hay una pizzería cerca, pero no me llama la atención; prefiero el sexo musical, me excita el alma. La comida satisface, pero esa sensación pronto se va. No así la sensación que me produce escuchar Placebo.

Placebo me ayuda a dejar por un rato los Códigos y las guías, para adentrarme en la profundidad y oscuridad de mi misma. Para eso son sus no menos sentimentales letras. Ahora mismo escucho “Summer’s gone”, una estocada directa al corazón, una bomba de placer que hace gemir mis sentidos.

Escucho Placebo cuando vengo de vuelta en el bus desde Tocopilla, tratando de ocultar la pena que produce el volver a la innegable realidad. Llego a ’mi’ casa, y mientras deshago el bolso (que en realidad es una mochila), mi alma se desgarra al ritmo de sus melancólicas canciones.

Oh, Dios! Perdóname por ser sadomasoquista (En cuanto a música se refiere. No piensen mal, no sean mentes de cloaca). Me encanta destrozar lo poco y nada que queda de mi alma, pero ese afán de auto destructividad me lleva lejos, muy lejos, a un lugar, o mejor dicho, a un estado placentero (o como digo yo, ‘placébico‘), donde todo despojo de mí se une y hacen una sola persona: esta servidora.

Clasifico la música dependiendo del momento que esté atravesando. Placebo es una banda que me ayuda y sostiene en los instantes más melancólicos de mi vida (al igual que Lucybell. Viva Chile, mierda!); entiéndase por esto, que escucho Placebo sólo cuando estoy prácticamente deshecha y con ganas de deshacerme aún más, la tristeza me inunda y se funde en mis entrañas.
Cuando tengo ganas de que brote sangre de mi cuerpo, o tengo rabia que por cualquier motivo no puedo canalizar ni demostrar (porque cuando me enojo en serio, soy de romper cosas; pobre del que se tropiece conmigo en ese instante), tomo mi discman y lo pongo a todo lo que da con ’Three cheers for sweet revenge’. No hay aún nada más terapéutico.

Cuando soy normal (porque no me considero normal en cuando a estados de ánimo), escucho The Used, From First To Last, y hasta ese rock sexón y ronco que emana de la carnosa boca de Ville Vallo, vocalista de HIM (Si, mi parte depravada salió a flote, porque inmediatamente me acordé de esos movimientos pélvicos acompasados del video ’Right here in my arms’).

Poco a poco vuelvo a la realidad. Nos vemos (o nos leemos) cuando nos veamos. Mientras tanto, cuídense y cómanse toda la comida para ser grandes. Abrazos y, como dice ‘La loca’, chaolín pompín! (o pomín, o Piolín, ja).